La terapia de pareja sistémica ve la relación como un sistema, es decir, una estructura en la que todo está conectado y cada acción de uno de los miembros afecta al otro. En lugar de buscar un “culpable”, este enfoque analiza cómo se comunican, qué patrones de conducta tienen y qué reglas han establecido en su relación, aunque no sean conscientes de ellas.

¿Cómo funciona este enfoque?

1. La pareja como un sistema

La relación no es solo dos personas individuales, sino un conjunto de interacciones. Por ejemplo:

• Si uno se muestra frío, el otro puede responder con más insistencia o reclamos.
• Si uno evita hablar de los problemas, el otro puede volverse más ansioso.

Esto genera ciclos repetitivos que mantienen el problema. La terapia ayuda a identificar y cambiar esos patrones.

2. No hay causa y efecto, todo es circular

• En lugar de decir «peleamos porque tú no me escuchas», el modelo sistémico analiza cómo la forma en que uno habla influye en la reacción del otro y viceversa.
• No se trata de señalar quién tiene la culpa, sino de ver cómo cada acción genera una respuesta en el otro.

3. Romper patrones negativos

Muchas veces, la pareja entra en rutinas de comunicación disfuncionales. Algunos ejemplos:

• Círculo de peleas: Uno critica, el otro se defiende, lo que genera más críticas.
• Doble mensaje: Uno dice que quiere cercanía, pero cuando el otro se acerca, lo rechaza.
• Tercer involucrado: En vez de hablar entre ellos, buscan a alguien más (amigo, hijo, suegra) para desahogarse.

El terapeuta ayuda a la pareja a hacer cambios en estos patrones para que la relación mejore.

¿Cómo es el proceso de la terapia?

1. Identificación del problema
• ¿Cómo interactúan?
• ¿Qué reglas (explícitas o implícitas) tienen en la relación?
• ¿Qué situaciones generan tensión?
2. Reconocer los patrones repetitivos
• ¿Siempre terminan las discusiones igual?
• ¿Uno de los dos siempre cede y el otro impone?
• ¿Buscan soluciones o solo reaccionan?
3. Introducir cambios
• El terapeuta sugiere nuevas formas de comunicarse.
• Se aplican ejercicios para romper los ciclos de conflicto.
• Se buscan maneras de equilibrar la relación.
4. Mantener el cambio
• La pareja aprende herramientas para manejar conflictos sin terapia.
• Se refuerzan los cambios positivos y se evitan recaídas en viejos patrones.

Beneficios de este enfoque

✅ No se busca quién tiene la culpa, sino cómo mejorar la relación.
✅ Ayuda a comunicarse mejor y entenderse mutuamente.
✅ Permite salir de ciclos de discusiones repetitivas.
✅ Fomenta un equilibrio sano en la pareja.
✅ Enseña herramientas para resolver problemas sin depender siempre de la terapia.

Conclusión

La terapia de pareja sistémica no trata de arreglar a una sola persona, sino de reorganizar la relación para que funcione mejor. Es ideal para parejas que sienten que siempre terminan en los mismos problemas y quieren aprender a relacionarse de otra manera.